sábado, 8 de enero de 2011

El tío coñazo

Hoy conversaba con un buen amigo. Entre los asuntos serios y triviales que ocuparon nuestro encuentro apareció, cómo no, el imponderable de estas fechas: los regalos recibidos por gentileza de sus altas majestades los reyes magos. Mi amigo se mostraba disgustado porque, en sus menesteres reales hacia sus sobrinos y por indicación expresa de los padres de las criaturas, siempre le toca regalar libros o juegos didácticos… “Así que, claro”, -me decía consternado- “siempre soy el tío coñazo”… No he de negar que me reí a carcajadas de la ocurrencia y la desazón mostrada por el tío en cuestión, pero más allá de lo simpático del asunto, he de decir que, y así se lo hice saber, me congratulo de su papel de tío coñazo, tan necesario hoy en día, porque, si miramos detenidamente a la jauría tiesca nacional, nos es fácil encontrar tíos modernos, tíos enrollados, tíos pasotas, tíos anticuados, tíos más adolescentes y niños que sus sobrinos, tíos que se quitan del medio el compromiso con regalos a la usanza… En fin, tíos de toda especie. Pero, he aquí el quid de la cuestión, los tíos coñazo convencidos de que un buen libro es un estupendo regalo y que los juegos pueden servir para educar además de para pasar el tiempo, son especie en vías de extinción (aunque ningún green peace proteste por ello)… Así que, ya ven, mi amigo, al igual que este menda lerenda, son, somos de esas raras avis que, aunque no tan guays como otros tíos, están convencidos de que hacen lo que deben… Propongo que hagamos un "club de tíos coñazos" y, puestos a proponer, que tengamos nuestro propio "día del orgullo del tío coñazo" en el que todos aparezcamos con nuestros libros-regalo y juegos didácticos-regalo debajo del brazo… Además de partirnos de risa con nuestra irónico desfile, nos mofaremos de quienes no creen que estamos construyendo futuro a través del cuidado a las nuevas generaciones que serán los adultos del futuro... Pues eso… ¡Qué vivan los tíos coñazo!

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