No. No esperen ustedes que
entre en grandes teologías o en hagiografías a la clásica usanza… Voy a hablar de milagros pero de los de andar
por casa y de los grata y maravillosamente sorprendentes…
Verán. Mañana el Grupo de
Teatro La Salle de Santander vivirá el pre-estreno de su montaje de este año:
Blancanieves Boulevard. No sé si saldrá bien o mal pero, francamente, es lo de
menos… Creo que el triunfo ya está conseguido antes de representar, antes de
salir a escena. Nueve meses de trabajo de un grupo de adolescentes y jóvenes,
aficionados, día a día, viernes a viernes, sábado a sábado ya son un inmenso y
maravilloso triunfo, un milagro como hay pocos… Sé, además, que lo harán muy
bien y el espectáculo será bueno y merecerá la pena. Lo dan todo,
absolutamente, en escena y en los ensayos. ¿Se puede pedir más?...
Un grupo teatral que nació
hace ocho años y que, tras siete montajes y miles de espectadores, contra todo
pronóstico no sólo está vivo sino que goza de muy buena salud y de un
reconocimiento significativo. Otro milagro tal como están las cosas. Y ya
puestos, un grupo que se retroalimenta a sí mismo siendo capaz de hacer que los
más veteranos tomen las riendas ayudando a los nuevos que año a año van
entrando, transmitiéndoles no sólo un estilo de hacer teatro sino, sobre todo,
de ser grupo, de ser personas que trabajan en equipo, que están convencidas de
pelear juntas por sus ideales, que buscan hacer algo bueno, dar gratis a otros
por el mero placer de hacer que esos otros disfruten… Un grupo de personas
donde lo que importa es el fondo y que viven el teatro como su apasionante
excusa para lograrlo. Me admira que su pasión por el teatro sea en realidad una
pasión por vivir como un estilo de persona volcada a y hacia los demás. Creo
que es la razón de ser del grupo desde sus orígenes y parece increíble que esté
metido hasta el tuétano en todos sus miembros de modo que los veteranos
inoculan misteriosamente ese maravilloso veneno a cuantos se van uniendo, permanezcan
más o menos tiempo… ¿Me dirán que no suena a milagro?
No quiero pasar por alto los
milagros personales. El actual director y alma mater del grupo en los últimos
años es una persona que era incapaz de decir media palabra sin sonrojarse hasta
el extremo, una de esas personas de no me mires que no estoy… En el grupo desde
los orígenes, desde papeles muy pequeños, se ha convertido en un buen director,
coordinador, organizador… Por no hablar de P., recién llegada al grupo este
año. Al hacer la primera prueba encima del escenario rompió a llorar de
vergüenza y fue incapaz de hacer nada. Me gustaría que ustedes la pudieran ver
en escena bailando, interpretando, transmitiendo con una gran fuerza junto al
resto de actores. Unos meses y un grupo humano han hecho que se produzca el
milagro. Podría nombrar muchos otros a lo largo de estos años. Personas por las
que nadie daba más duros de los necesarios e incluso ninguno. Personas que no
destacaban sino todo lo contrario… Hablo de milagros, claro que lo hago…
Tampoco quiero olvidarme de
los milagros grupales. Verán. A. dirige el grupo. Antes lo hizo junto a otros
que por diversos motivos tuvieron que dejarlo. Sin embargo A. cuenta con un
equipo de personas que le ayudan a dirigir cada ensayo. Algunas viven y están
en Santander. Son gente del grupo de los más mayores y algunos incluso aún
actores. Algunos viven fuera y los fines de semana que pueden se acercan a
echar una mano. Desde Oviedo se han montado las coreografías. Desde Valladolid
se han dado consejos, dirigido y creado escenografía, incluso desde la Escuela
de Arte Dramático en la que se forma un exdirector y actor del grupo. Desde otros
lugares se ha ayudado en matices, escenas. Desde Londres se ha apoyado la
jugada…De pronto no hay una dirección sino un equipo multidisciplinar
trabajando junto y siendo coordinado por A. para sacar adelante el montaje de
este año… Y todos a una y con el mismo convencimiento y modo de hacer… ¿Me
dicen que no hay milagros? Hace poco pude estar en un ensayo. Allí me encontré
con algunos exmiembros del grupo que estaban viendo el ensayo general y que se
quedaron hasta una hora tardía ayudando a montar luces, escalera va y escalera
viene. Percibí en todos, miembros actuales y antiguos formantes algo curioso:
No se contaron muchas cosas pero mirándose unos a otros a los ojos se
transmitió mucha información sobre cómo andaba cada uno y cómo le iba la vida…
Y para rematar, al borde del pre-estreno y estreno en los próximos días, como
todos los años, no hay más que mensajes, llamadas, encuentros donde se percibe
el ambiente de tensión y nervios que sería lógico en quien sale a escena pero
no en quien lo mira ya desde lejos, quizá no pudiendo asistir ni a las
representaciones… Créanme. Esto no son más que milagros…
Blancanieves Boulevard está
a punto de levantar el telón. Saldrá bien. Esperemos que sea un éxito, pero el
éxito ya está conseguido a base de milagros de andar por casa… Que sigan los
milagros y la magia que el grupo se empeña en crear y transmitir año a año,
siempre soñando: “Soñar, lo imposible, soñar. Vencer al invicto rival…” Aquella
canción del Hombre de la Mancha, primer montaje que el grupo emprendió, y que
quedó como lema latente de todos estos años…
Dirán ustedes que me he
vuelto un poco hereje con esta milagrería barata. Es posible pero admito que
creo, firmemente y cada vez más, en todos esos milagros constatables. Por eso
les pido su aplauso y su apoyo a este pequeño y humilde grupo de teatro que lo
es, pero sobre todo, a este grupo de personas…
Así pues solo me resta decir
de corazón aquello de ¡mucha mierda!
Permítanme un apéndice
pequeño pero es que el grupo de teatro de mi cole de siempre –El Colegio de
Lourdes de Valladolid-, el Grupo Siluetas al que muchas veces vi de niño y
adolescente, acaba de cumplir 35 años celebrándolo con su espectáculo recién
estrenado: “Por amor al arte”. Un grupo en el que veo muchos de los rasgos
descritos arriba y al que quiero también felicitar con mi aplauso y
reconocimiento.