jueves, 7 de julio de 2011

El duende del Camino

No piensen ustedes que les voy a contar un cuento. No. De hecho mis pies y mis músculos atestiguan lo contrario… Verán: hace apenas un par de días regresé después de realizar el Camino de Santiago. Para ser exactos, los 115 últimos kilómetros del Camino francés. No era mi primera vez, sino la tercera, así que ustedes podrán pensar que nada nuevo había bajo el sol de tal vivencia para este menda que les habla. Craso error. El Camino siempre tiene algo nuevo, algo de descubrimiento, algo de… que no puede apenas definirse con palabras… El Camino se convierte en experiencia propia, individual, intrapersonal e inasible sino es desde dentro… Es la experiencia del peregrinaje físico –externo- que, les aseguro, no es un camino de rosas… El caminar se hace duro, las fuerzas llegan a abandonar, las heridas, dolores y rozaduras pretenden ganar la partida contra uno mismo… Pero ahí surge, milagroso, el afán de superación, de transgredir la adversidad y lanzarse hacia la meta soñada, intuida… Meta que al fin se alcanza desbordándose en una alegría difícil de explicar y que a muchos parecerá inaudita… El camino es ir siguiendo, confiado, esas flechas indicadoras una y otra vez, cruce a cruce, paso a paso, kilómetro a kilómetro… ¿No será, de algún modo, un trasunto de la propia vida, del camino propio?... Y el camino es la relación, la comunicación… En esta ocasión viví la experiencia con otras veinte personas, adolescentes y profesores que compartimos día a día en el Colegio. He de decir que la experiencia grupal ha sido magnífica. La relación inmejorable. El apoyo mutuo indescriptible… El camino se ha llenado de gestos, de un sencillo pero profundo estar al lado de, de sonrisas, de palabras apropiadas, del saber estar ahí… Si lo relacional es asombroso siempre, esta vez lo ha sido en demasía. Así que, permítanme, y contra mi costumbre, poner nombres propios y agradecer con todo el ansia debida a mis compañeros de viaje que lo hicieron inigualable: Ana, Sergio, Iván, Frank, Omar, Puli, Sara, Álvaro, René, Nagore, Carlos, Cova, Miguel, Humberto, Paula, Carmen, Alfonso, Iván, Amable y Rafa, que tuvo la magnífica idea de echar a rodar y hacer realidad este maravilloso “chiringuito”… A todos vosotros, compañeros de Camino: ¡Gracias! Todo se hace más fácil cuando alguien camina realmente a tu lado y eso lo habéis hecho realidad cada día… Sencillamente ¡Gracias!

Ojalá hubiesen ustedes visto las caras de todos al llegar a la Plaza del Obradoiro, es algo que guardaré como un tesoro en mi memoria de caminante… Esas caras, esas sonrisas, ese abrazo espontáneo, lo decían todo…

Y al final, envuelto en el rumor sordo de los pasos en mitad de unos rincones naturales plenos de belleza, oigo las palabra de todos al compartir el final de la experiencia: “el año que viene repetimos” porque, como decía alguien esa misma noche: “el camino tiene un no sé qué que no se puede explicar”… El camino tiene algo, tiene duende… el duende de la experiencia personal. El camino se convierte en encuentro con uno mismo –lo primero-, con otros, y tal vez con Dios –para el que lo viva así-. Pero se viva como se viva, el camino engancha, el camino tiene duende…

Ojalá el camino de la vida siga haciendo que nuestros caminos sigan cruzándose y que sigamos caminando detrás de las propias flechas, junto a un grupo que se ha consolidado como tal. Ojalá el año que viene retomemos el Camino de nuevo. Mientras, disfrutemos el camino del día a día y digámonos una vez más con una sonrisa, o con cara de no poder más: ¡Buen camino! Y ya de paso, que caminemos juntos, bastón en mano… Dejemos que el duende siga vivo. El duende del camino…

2 comentarios:

  1. ¡Gracias por compartirlo, tramoyista!

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  2. Publico un comentario de Humberto enviado por mail:

    "Gracias por la entrada. Qué suerte dominar tan bien el lenguaje y poder expresar tan nítidamente lo que todos experimentamos en el camino.
    La verdad que he revivido desde mi sofá, con un té en la mano, todo lo que vivimos juntos durante esos 5 días y, al igual que los chicos, ya tengo ganas de que llegue el siguiente. Espero que todos sigamos encontrando las flechas de nuestro camino y que en un futuro no muy lejano éstas nos vuelvan a unir.

    Un abrazo Tramoyista."

    Un abrazo a todos, y mucho ánimo y FORTASEC a los que aún lo necesiten... :D

    P.S. Me voy pa China!!!! :DD

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