miércoles, 20 de febrero de 2013

Día de las Letras de mi casa



Ayer, miren ustedes por donde, leyendo alguna que otra noticia me entró un sofoco de esos que agrian el día. Se celebraba, entre el boato correspondiente del dinero que nadie tiene –hablo de Autonomías-, el “Día de las Letras” de una de ellas.”. En mi ingenuo pensamiento me dije: Se tratará de una Comunidad Autónoma con lengua propia. Lo cual justificaría un día así con “cierta” lógica pero… ¡No señores! No se trataba de Comunidad con lengua propia sino, en todo caso, de una variedad dialectal del castellano, tan próxima al castellano mismo que no creo que haya diferencia alguna. Y ¿Qué quieren que les diga? Uno no sabe si carcajearse a mandíbula batiente o echarse a llorar de tanta mentalidad de pulgarcito, cretinismo en el sentido propio del término, que avanza como oleaje incontrolado...


Buscando alguna suerte de solución coherente, me dije que tal vez fuera aquel legítimo sentimiento de culturalidad literaria que existe en toda población, provincia o región y que no vas más allá de actos puntuales, nunca mediáticos, y protagonizados por los mismos hombres de letras que pululan con su sano orgullo de raíces propias, en absoluto reñido con el ansia literaria y cultural de universalidad. ¡Ingenuo de mí!... Los actos diseñados para foto, publicación y paseíllo, si lo hubiere, consistían en derroche de despropósito publicitario autonomista bajo el envoltorio de escritor de turno al que se homenajeaba como adalid del micro-patriotismo de salón de billar, que no de tertulia…


Ante tal circunstancia, después de reflexionar profundamente, llegué a una meritoria conclusión que me dispondré a realizar en cuanto pueda: Decreto, con su venia, organizar y realizar como Dios manda –según los patrones deducidos de lo anterior-, el “Día de las Letras de mi propia casa”, en el que, incluso, me propongo homenajear a quien sea y dar algún que otro premio y diploma. Citaré a la prensa y me vestiré con las galas oportunas para tal acto. Incluso, creo, invitaré a las autoridades que fuere necesario para salir en los medios en horario de máxima audiencia y en toda portada que se precie. Lo que me preocupa es que, con el “fiestón mega-cultural” montado  –al estilo de galas de premios de cine, música y demás, culmen de la “intelectualidad” máxima de hoy en día-, no pueda darle contenido pues en mi casa sólo habito yo con mis libros, de diversísimos autores, épocas, y lugares de origen. Ninguno de los cuales vivió, escribió, ni pasó unas horas siquiera en mi humilde habitáculo. Aun así, dado que mi hablar es el castellano y que tengo libros y que tengo la manía de escribir de cuando en cuando y que tengo mi casa única y diferenciada de las de mis vecinos, reúno las condiciones básicas para el evento ¿No creen?... Pues bien, hecho el propósito, me pongo manos a la obra. Ya les avisaré del día señalado con la invitación oficial que cualquier ujier les hará llegar. Claro, que no sé si cabremos en el salón de la casa –ésa es otra-. Pero éso ¿Qué más da? El caso es que ya tengo el “Día de las letras de mi casa”. Y que nadie me lo discuta, por supuesto… En fin, como decía el castizo: ¡Olé mi patria!

1 comentario:

  1. Cuanta razón tienes!En Santander es el segundo año que se convoca. Por casualidad he encontrado tu blog que desconocía, entraré a menudo.
    Saludos desde Santander

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