lunes, 31 de diciembre de 2012

Año nuevo

Llega el final del año. En continuidad con el buen ambiente navideño arrecian los buenos deseos por doquier en un ir y venir sin fin de mensajes, llamadas y bromas de más o menos ingenio... Como corresponde, uno mi granito de arena a modo de parabién expectativo y esperanzado para todos aquellos que hoy leen estas líneas: Personas a las que conozco, aprecio y quiero de verdad, sin dejar de lado a todo aquel que, vaya usted a saber por qué causa, alcance a leer ésto... Para todos, desde la sinceridad profunda: Feliz año nuevo. Es un deseo sincero que implica, eso si, algo completamente externo, un deseo profundo relacionado con la fe, el destino, la casualidad, la vida... que cada uno lo vea a su gusto. En cualquier caso no deja de ser algo externo, ajeno por completo a nuestro hacer y voluntad ¿No creen?...

Estoy seguro que el año que que viene volveremos, como hoy mismo, a hacer balance de lo vivido, de los deseos que alguien tuvo para con nosotros en contraste con la realidad misma, y volveremos a ver la botella medio vacía, entonando aquello del "que se vaya ya" cuanto menos... Destino, factores externos... Siempre los ha habido y siempre los habrá y, por desgracia, no siempre seran positivos...

Por eso reitero mi deseo de feliz año como todo bien nacido, pero quiero desear más, algo más importante que podría hacer que el año fuese más feliz para todos y cada uno... Mi deseo es: Haz que todo lo que dependa de ti este año sea más feliz o todo lo mas feliz que pueda ser. No dejes que las cosas vengan de fuera. Transformarlas desde el interior con el vigor de la convicción profunda.  Te lo repito -y permíteme la confianza del tuteo-: haz que todo lo que de ti depende sea feliz o lo más feliz posible para ti y todo aquel que se cruce en tu camino sea próximo o no. Estoy seguro que las cosas buenas y malas, externas, seguirán pasando, pero creo que el año será mucho más  feliz para ti y para más de uno a tu alrededor. Si eso lo multiplicamos por todos los que se empeñen en hacerlo... ¿Se imaginan las consecuencias?...

Amigo, cierra el año haciendo memoria agradecida pese a muchas cosas y abre el nuevo, desde su primer minuto y hasta el último, haciendo que sea feliz. Está en tus y en nuestras manos... Dejárselo al destino es ponerse una venda de comodidad en ojos, manos y corazón...

Y ya puestos les dejo un video que expresa muy bien lo que pretendo transmitir...

Y para rematar la faena un pequeño cuento para mirar atrás, o quizá adelante...
 
Llegó la noche de fin de año. Como siempre la familia al completo se reunió en torno a la mesa. Este año estrenaban un precioso mantel blanco que habían decidido comprar. La noche fue estupenda: Comieron, rieron, tomaron las uvas, jugaron en familia, hablaron...

Cuando al día siguiente se volvieron a sentar en la mesa se dieron cuenta horrorizados que aquel precioso mantel blanco que prometía ser el mantel de las grandes ocasiones, del año nuevo con toda su novedad y buenos augurios, estaba lleno de manchas que hacían peligrar su prometedora esperanza. De pronto parecía que aquel mantel ya nunca más serviría... Todo eran opiniones, lamentos, vocerío familiar entremezclado... Y de pronto se hizo el silencio. Un silencio tenso, incómodo, siniestro... Todos miraban al mantel incrédulos cuando una vocecita se oyó. Era del más pequeño de la familia quien, casi pidiendo disculpas, susurró un imprevisto: "pues a mi me gusta". Todos lo miraron dispuesto a tomarlo como una niñería sin importancia que tolerar necesariamente, pero el pequeño, con resolución, insistió aclarando aún más: "A mi me parece más bonito que antes. Es como un mapa que me recuerda lo bien que lo pasamos ayer, lo que comimos, el brindis del tío, el guiso de la tía, la broma del turrón que se me cayo al final..." Todos se miraron incrédulos y miraron el mantel nuevamente. El abuelo, tan reservado siempre, expuso con rotundidad: "Si, creo que el niño tiene razón. A mi me gusta también. Creo que es más bonito así". El murmullo fue creciendo paulatinamente siendo roto de cuando en cuando por algún comentario adhiriéndose a la nueva belleza descubierta, a la forma graciosa de una mancha, a lo que produjo la otra...

Pasaron los años y aquel mantel se convirtió definitivamente en el mantel de los fines de año y las grandes ocasiones. Desde entonces, cuando se sentaban a la mesa recordaban el significado de determinadas manchas, la historia de aquel niño que murió -ya abuelo- hace un par de generaciones; y tantas historias, anécdotas y vida que hicieron que aquella familia hiciese de su inútil mantel manchado un precioso y nuevo universo lleno de sentido que compartir y del que disfrutar...

Llega el fin de año una vez más y podemos elegir cómo mirar el mantel de la vida, de nuestra vida...

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad



Con la mula y el buey de ERE, el portal embargado y los comedores sociales hasta los topes, no le veo yo futuro a ésto de la Navidad… Imagino que, además, José, que seguramente fuera autónomo o tuviera una PYME, lo tendría crudo. Además, con tanto emigrante suelto, José y María que también andaban de “gira”, no creo que accediesen a mucha ayuda. ¡Ah! Se me olvidaba. María que se nos pone de parto ¿Dónde ir? Con suerte, según la Comunidad Autónoma, igual le atendían en el hospital, éso si no están de huelga, claro… ¡Menudo panorama! Para mi que el bueno de Jesús se lo piensa dos veces y este año se queda en casa sin bajar hasta la tierra… ¿No creen? Entonces muchos, como siempre, entonarán aquello de ¿Dónde está Dios? Mientras otros se afanan para atender comedores sociales, buscar viviendas dignas a quien lo necesite, repartir alimentos, atender al enfermo por encima de leyes o identidades o huelgas… ¿Dónde está Dios? ¿Dónde nace? ¿Nace? ¡¡¡Sí!!! Está y nace en los parados, en la familia desahuciada, en el sin-papeles, en el nacional empobrecido de pronto, en… y en… y en… y en todos aquellos que luchan porque las cosas sean distintas, porque las Marías y Josés y los Jesuses sigan teniendo oportunidades y sigan pudiendo vivir… Nada que ver con las melazas de estos días, con las postales y deseos ñoños y en ocasiones vacíos, con las comilonas, con los regalos a comprar –aunque este año haya que medirlos con la crisis-, con…


Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad… Jesús nace, sí… Claro que, para enterarse, como pasaba en el relato original, hay que estar al raso en medio de la noche… Ahí es nada…


A todos, sobre todo a quien más lo necesitan, les deseo una Feliz y auténtica Navidad.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Ubi sunt?



En los últimos días se han otorgado diversos galardones significativos del mundo de las letras. Han sido y son noticia fugaz en prensa lo cual nos hace pensar en su relevancia para el común de los mortales… Perdónenme ustedes, debe ser que al ser “del gremio” -aunque a un nivel paupérrimo- a uno le duelen de especial modo estas cosas… Permítanme que hoy, entre los premiados, me refiera a uno en concreto: D. Francisco Rodríguez Adrados, Premio Nacional de las Letras, filólogo, helenista y académico de la Lengua y de la Historia… Un Humanista en toda regla… 

Confieso que cuando leí la noticia me puse metafóricamente en pie y aplaudí a rabiar hasta la extenuación. Ya era hora, me dije, que en el erial pragmatista que atravesamos, alguien deje una piedra de señalización en el camino que al menos nos haga pensar… 

En los últimos tiempos las letras y más las clásicas, han sufrido un curioso ataque selectivo que ha ido mermando su posición natural. Prácticamente han desaparecido de nuestro sistema educativo y, su presencia, minoritaria y anecdótica, se convierte muchas veces en una suerte de descafeinado de achicoria que pretende ser café… Perdónenme pero el aguachirli no podrá ser nunca un buen café… ¿No creen? La condena se radicaliza con las pretensiones que, a modo de globo sonda, deja entrever la enésima reforma educativa: Que los centros puedan especializarse y ofertar asignaturas según conveniencia y supongo que demanda. En resumen: Humanidades, especialmente letras clásicas, llevan el camino de una muerte anunciada y que nos va a dejar huérfanos y mucho, más de lo que la pragmática actual pueda suponer, créanme… Sin raíces no somos nada. Sin su conocimiento nos quedamos vacíos, hueros de sentido y referencias necesarias. Sin su magistral lógica perdemos la perspectiva de nuestro propio idioma y su urdimbre, de las bases de todo lenguaje científico y, me atrevo a decir, modo de pensamiento… Las letras son profundamente lógicas y profundamente humanas y encierran en sí el humus esencial del que venimos vitalmente, así como el de toda disciplina científica y humanista… Sé que muchos de ustedes me leerán con escepticismo y hasta con una sonrisa cargada de sorna… Se la admito contrarrestada con la mía propia. Con esa sonrisa de profesor de lengua y latín que sabe de lo que habla… No pretendo convencerles tan solo hacerles pensar una vez más al amparo de ése gran profesor que es D. Francisco Rodríguez Adrados y algunas de sus declaraciones con las que comulgo en plenitud y que les dejo en dos enlaces de las diversas noticias publicadas estos días… Permítanse unos minutos de lectura y, de paso, de reflexión… Y mientras tanto entono con Catón el Viejo –según la tradición-: “Ceterum censeo Carthaginem esse delendam”


jueves, 29 de noviembre de 2012

Bonito

Estos últimos post que les sugiero van de vídeos, ya saben del lat. vidĕo, yo veo. ¡Hay que ver!.. ¡Y mirar!... Con los ojos del corazón. Recuerdan el Principito: "No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos". Pues vean, vean y dense cuanta de lo realmente bonito que es y puede llegar a ser todo pese a tantas cosas... 



Y ¡Bravo! por el buen trabajo de esta escuela y su gente que nos enseñan a mirar...

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Seguiremos



¿Quieren emocionarse? Ahí les dejo una buena oportunidad para hacerlo… Precioso motivo para la lucha, para la esperanza, para la alegría incluso en lo más difícil y a veces incomprensible… De cuántas cosas nos quejamos innecesariamente a diario… Cuánto hay que luchar y cuánto merece la pena… Cuánto tenemos que cambiar de mirada cada día… Por ellos, por Paula que propuso ésto con sus 12 años, por San Juan de Dios y su magnífica labor: ¡Bravo!... Ahí se lo dejo…


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Usted y también Miliki



Recientemente alguien me preguntaba por qué en este blog siempre utilizo la fórmula de tratamiento formal “ustedes” para referirme a los lectores. Mi interlocutor aducía que tal hecho provoca alejamiento y que tal vez sería deseable, dado la época en la que estamos, acercar los textos lo más posible al receptor con unas formas ligeras, cómodas y atrayentes. Es muy probable que mi amigo, movido por el cariño que profesan los más cercanos, acierte en su enfoque si bien, permítaseme, me reservo el derecho a la réplica… Aduje en ése momento -y ahora reitero- lo que me sustenta en tales formas “escrituriles”: Creo firmemente en la bondad de la formalidad, del trato de respeto que no tiene por qué suponer lejanía, sino reconocimiento explícito de la dignidad del otro, de su ser merecedor de un respeto infinito, sea quien fuere. Creo que tal hecho ya merece el buen uso del usted. Mi segundo argumento versó y versa sobre la necesidad de mantener unas formas de educación que, por desgracia, estamos perdiendo en pos de no sé qué pautas sociales. No se trata de anhelar tiempos pasados que ni siquiera conocí, sino de asegurar que las formas adecuadas, que nos llenan de respeto a y por todos, continúen vivas de algún modo. Así que, con la venia de mis lectores y de mi buen amigo, seguiré empeñado en desgajar estas líneas escritas “al alimón” con el envoltorio del ustedes, simplemente porque ustedes se lo merecen; porque todos, como sociedad, nos lo merecemos…

Y puestos a rematar la faena de este texto escrito hace algunos días, aduciré algo más desde un homenaje sincero a nuestro querido payaso Miliki, que tanto llenó de alegría nuestra infancia y aún nuestra adultez –nunca dejamos de ser, en el fondo, el niño que un día fuimos-… Pues nuestro querido Miliki con Gabi y Fofó y Fofito, nos enseñaron aquello del: “¡Hola Don Pepito!”, “¡Hola Don José!”, “¿Pasó usted por mi casa?” “Por su casa yo pasé”…  ¿No les parece interesante y cuanto menos curioso?... Pues ahí les dejo, sin olvidarme de gritar, aunque sea como despedida: “¡¿Cómo están ustedes…?!”…


Va por ti Miliki –siempre te/os recordaremos agradecidos y felices-. Va por vosotros, nuestros payasos de la infancia. Va por nosotros, todos y cada uno... Y, está claro, va por ustedes, porque, como decía al final del texto original: “porque ustedes se lo merecen; porque todos, como sociedad, nos lo merecemos…” Si hasta nos lo enseñaron los payasos de la tele… Claro, que eran unos simples payasos…(Pero -ssssssh- el niño que aún somos les hacía caso; lástima que muchos niños les hayan olvidado...)


miércoles, 14 de noviembre de 2012

El bosque aquel…



Érase un bosque como todos los bosques del mundo. Como todos los bosques de los cuentos… Habitaban en él todo tipo de especies de animales que vivían en paz y armonía. 

En el centro del bosque había una bella laguna en la que vivían los peces. Un día comenzaron a murmurar, comentando entre sí, que no había mejor especie que la suya. Sin duda su visión de la vida y su hábitat eran los mejores y decidieron que todos los demás animales deberían ser como ellos. Primero trataron de persuadir a algunos y lo consiguieron: Un zorro se sumergió convencido de probar aquella maravilla y vía única animal, ahogándose a los pocos minutos. Un pajarillo hizo lo propio agitando sus alas bajo el agua. Logró salir a la superficie pero su plumaje mojado le impidió salir volando por lo que acabó ahogándose también. Viendo los peces que ya nadie quería aceptar su propuesta comenzaron a arrastrar por la fuerza a los que se acercaban al agua. El resultado: múltiples animales ahogados. 

Los pájaros  pronto hicieron lo mismo. Convencieron a un ciervo de intentar subir a los árboles. De un gran salto alcanzó las ramas más bajas pero la fragilidad de las mismas hizo que cayese de espaldas y muriese del golpe. Luego convencieron a un conejo al que elevaron entre todos hasta las ramas más altas. El buen conejo se lanzó esperando volar pero, como era de esperar, se estrelló contra el suelo…

Aquel extraño virus por la preeminencia en el bosque se extendió a todas las especies de modo que unos y otros se cerraban en  sus grupos y usaban la violencia para ganar adeptos. Las discusiones y algaradas entre especies crecieron de modo desmesurado. No se trataba de cazar para comer sino de ir a por todo aquel que no reconociese la especie de turno como la mejor…

Al final el lago se pudrió, lleno de cadáveres, provocando la muerte de la mayoría de los peces. Los pájaros que sobrevivieron tuvieron que emigrar en busca de comida. Los grandes depredadores fueron sucumbiendo ante la falta de carne… Y aquel hermoso bosque se destruyó por completo quedando convertido en una especie de desierto. Tan sólo sobrevivieron, por un tiempo, las especies carroñeras,  pero incluso éstas acabaron por sucumbir…

Claro, que es un cuento. Nada más que un cuento. Y estas cosas no pasan en la realidad ni a gran ni a pequeña escala. Ni a nivel grupal ni individual ¿Verdad?...